martes, 31 de julio de 2007

La joya de la familia

Hay una problemática escena en “La Joya de la Familia” que anticipa muy bien de lo que hablaré en este post. La nueva conquista de uno de los hijos de la familia, interpretada por Sarah Jessica Parker, quien es una conservadora ejecutiva neoyorkina, está sentada a la mesa junto al resto. Diane Keaton es la madre. Uno de sus hijos es gay y está sentado junto a su pareja. Diane Keaton dice la siguiente aseveración, que inaugura la discusión que viene luego: “Me hubiese gustado que todos mis hijos fuesen gays. Para que no se fueran de mi lado”. El personaje de Sarah Jessica le pregunta “Imagino que eso de que sus hijos fueran gays era una broma, no?”. La madre la queda mirando, como esperando qué más viene. Y comienza el malentendido, “no, lo decía por el desafío que eso implica para un hijo. A ningún padre le gustaría que su hijo…A todos nos gustaría que nuestro hijo fuese una persona normal”. Este intercambio de palabras, termina con la Parker corriendo y encerrándose en su pieza. En tanto, Diane Keaton, mira a su hijo gay y le dice “Hijo, te amo. Y para mi, eres más normal que cualquier otro idiota”.

Referente a este tema. Si te autodefines como homosexual, decirle o no a tu familia sobre tu orientación sexual es un tema. Personalmente es una gran piedra en el zapato. Y se hace más evidente cuando estás en una relación. Porque ya saben, cuando estamos felices nos gusta compartir con todo el mundo esa felicidad, y con mayor razón, con tu familia. Les hablaría que todo este proceso ha sido, para mi, bastante natural y se ha desarrollado sin angustias. Quizás porque lo vine a asumir bastante grande, en una etapa mucho más madura. También porque la persona que tengo a mi lado, no pretende presionarme en nada. Es más, será presentado en sociedad en las próximas fiestas patrias, pero como mi profesor de italiano. Nada más.

Dicen que las madres siempre lo saben. De la mía no sé qué pensar. Lo más probable es que sí. De un tiempo a esta parte, he sentido el miedo y la duda al conjeturar si su amor seguirá intacto luego que lo sepa. Sin embargo, no sé si sea egoísta o generoso de mi parte, pero por el momento, no quiero que de mi boca salga una palabra. Porque conozco a mi gente. Sé que el tema les preocuparía enormemente, que sería un dolor para ellos. Más aún si pensamos que el aludido, es el niño perfecto, el admirado por todos por su inteligencia, su caballerosidad, su sensatez y discreción, por ser el vocero, el embajador que podría llevar bien puesto el nombre de la familia a cualquier lugar. En pocas palabras, es “la joya de la familia”.
También sé que no debiese transar mi felicidad personal, por verlos a ellos felices. Mi plan, y lo he compartido con quién me quita el sueño, la respiración y mis pensamientos, es primero, verlos a ellos satisfechos de mis logros personales y profesionales, que sientan que me las puedo ver bien siendo independiente al bienestar económico que actualmente me brindan. Mientras más sólido me vean como persona, menos preocupación les daré. Y luego, que sea lo que sea.

Tengo la suerte de estar haciendo cosas en pos de eso. Siento que cada día que pasa construyo una pequeña parte de la obra que quiero erguir alrededor de mí. Estoy dando los pasos justos y necesarios. Pero no es el caso de todos. Para muchos este tema es mucho más complicado, porque las circunstancias son adversas. Soy un convencido que ser gay es mucho más difícil para un ciudadano de a pie, que para un burgués ilustrado con cierto roce educativo y social.

Creo tener todo bajo control. Digo “creo” porque este mundo no es para autosuficientes ni soberbios. Pero me gustaría saber su opinión respecto a este tema que pongo en la mesa. Es difícil ponerse en la piel de una madre o de un padre a quién le llega este tipo de confesión. Y más dentro de esta sociedad. (Me estoy poniendo con esto, como el personaje de Sarah Jessica Parker en la película), pero… ¿Cómo se lo tomarían ustedes?

6 comentarios:

Alejandra dijo...

Es muy difícil el tema. Los padres generalmente son de la convicción que "serían mucho más felices si no lo supieran", porque cuando un hijo(a) se declara gay/lesbiana, eso conlleva, por lo general, rabia, sentimientos de shock, negación, culpabilidad, además de sentir que perdieron algo. Es un tema complicado, pero soy de la firme convicción que mientras haya amor, todo es entendible y comprensible... ¡¡vamos!! Si los gays o lesbianas, no son seres freaks, sino más bien seres comunes y corrientes con otros sueños y expectativas... la libertad de acción se basa en ello... yo elijo con quiero estar y frente a eso, los padres creo, debiesen aceptarlo. Sé que es difícil, pero es algo que hay que enfrentar cuando uno esté dispuesto a contárselo a sus padres. Además no es algo poco común, ya que hoy una de cada diez personas en el mundo es gay.

Por otro lado, siento que el hecho que un hijo les diga a sus padres “soy gay”, es una señal de cariño hacia ellos, y de que necesita su apoyo y comprensión. Es un acto de valentía que muestra un intenso deseo de tener una relación sincera y abierta con los padres… una relación que les permitirá querer a su hijo(a) como es, no como ellos quisieran que fuera. Pero todo es con tiempo y cuando creas que es el momento adecuado, espero lo hagas. Es, al menos, mi humilde opinión. Saludos.

Fran Orellana dijo...

Yo creo que así como lo dices, las mamás tienen un sexto sentido que cachan todo y se hacen las lesas no más.
Pero así y todo, el "shock" no se lo sacara nadie cuando le cuentes.

Por lo demás, tu también has camabiado harto, de un minuto ha otro te empezaste a preocupar por ir al gymnasio, a verte mejor en cuanto al físico, y otras cosas más, como empezar a relacionarte con nuevas amistades, sobre todo gays. Todo eso son señales de cosas, creo yo.

Un besito.

Anónimo dijo...

hey Miss Orellana!

- la gente no cambia porque va al gimnasio. tampoco todos los que van a un gimnasio son gays per sé. hay una infinita cantidad de gente que va por razones de salud, para sentirse mejor consigo mismo, y eso no tiene segundas lecturas

- Supongo que la etiqueta de "tener amigos gays" en un mundo como el que vivimos ya no es por el lujo de tenerlos. creo suponer que los amigos uno los elije por lo interesantes que son y lo que puedan aportar a tu vida, y no por su condicion sexual.

imagino que el señor que firma en este blog piensa igual. si este señor no ha cambiado en su relacion contigo, quiere decir que no ha cambiado. el resto son detalles propios de cada persona.

eso.
saludos

Alejandra dijo...

No porque uno vaya al gimnasio, se empiece a preocupar del físico y tenga amigos gays... es gay. Yo casi todos los años participo de la parada gay... y no soy lesbiana... intento ir al gimnasio y me preocupo harto de cómo me visto, pero no soy lesbiana, jajajaja. Entonces... esos no son aristas para decir que un hombre... "es gay". Saludos.

Max de Winter dijo...

Jamás serías lesbiana querida Karinne. Ellas, por su condición, no van al gimnasio ni se visten bien.

Jaja...igual estoy estereotipando yo ahora.

Se agradece el voluntario apoyo del anónimo infiltrado de más arriba. Y sí, no juguemos con los estereotipos, por favor!

Nadiezhda dijo...

No hablaré de estereotipos.
Mi condición actual sólo puede hablar desde las emociones...
Todavía no es fácil para una madre escuchar a su hijo contarle que es gay, pero las madres siempre lo saben, es mejor que llegue ese momento cuando ya estás claro que es lo mejor, para poder vivir una relación transparente con alguien.

Tu madre siempre te amará, seas gay o hetero, seas exitoso o no. Es verdad que son exigentes, pero después de todo nos aman profundamente.