miércoles, 23 de enero de 2008

El día en que el cine se fue a negro

Fue un martes extraño. Un martes absolutamente cinematográfico. Importó poco la debacle de las bolsas mundiales y la crisis con el Dow Jones. Fue un martes que dejo un gusto agraz en el paladar cinéfilo de muchos. Quizás la anécdota más farandulera y superficial fue ese extraño encuentro entre el senador Fernando Flores y el célebre (hoy cuesta abajo) cineasta Francis Ford Coppola en los pasillos del Congreso Nacional. Déjenme decirles que al lado de las otras dos noticias, la sacudida de manos entre Flores y Coppola queda como una noticia bastante menor. Quizás si la visita hubiese sido la de su hija Sofía, yo y muchos hubiésemos andado cerca del terminal de buses sacando pasajes rumbo a Valparaíso, pero no fue así.



Las noticias comenzaron temprano. Martes 22 de enero, día de nominaciones a los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood que entrega la prestigiosa (a esta altura no tanto) estatuilla llamada “Oscar”. Desazón es la palabra, porque la Academia que este año cumple su aniversario número 80, pudo haberlo festejado de una manera más digna. Sin embargo, y si nos dejamos de pataleos idealistas, todo resultó y resultará (el 24 de febrero es la gala) muy de acuerdo a la lógica impuesta por años. Que una película como “Michael Clayton”, cuya única razón de existencia es darle un nuevo espaldarazo al, a mi gusto, super - hiper y sobrevalorado George Clooney, tenga seis nominaciones incluyendo todas las categorías principales, es una absurda exageración. Claramente es la respuesta y el freno a una película inglesa que pretendía barrer con todo. Me refiero a “Expiación” (Atonement), basada en la magistral novela de Ian McEwan y superior en sutilezas, de gusto más artístico y de tono más delicado. Claramente sinónimos que no conjugan bien con lo desechable, con lo práctico y lo básico de la mentalidad norteamericana y, específicamente, hollywoodense. Como una ironía que confirma mi teoría, “Michael Clayton” tuvo 6 nominaciones, empatando con “Atonement”, pero le robó la categoría clave: Mejor Director. Sí, “Atonement” o “Expiación” logró estar entre las cinco nominadas a Mejor Película, pero no le sirve de nada porque Joe Wright, su director, está ausente en la quina a Mejor Director. Las cuatro restantes tienen más opciones, incluso la independiente, prometedora y eficiente “Juno”. Empecemos por parte: los hermanos Coen se merecían su lugar por “Sin lugar para los débiles” o “No Country for Old Men”; Julian Schnabel por la aún inédita y difícil de conseguir “The Diving Bell and the Butterfly” era número puesto luego que se llevara un Globo de Oro hace días atrás por la misma categoría. Jason Reitman por “Juno” se entiende por el subidon que ha tenido la película en cuanto a espectadores y en las apuestas. Y Paul Thomas Anderson (“Magnolia”) dicen que hace una maravilla con este relato semejante al de “Ciudadano Kane” en “Petróleo Sangriento” o “There will be Blood”. Pero llegamos a lo mismo: Tony Gilroy (“Michael Clayton”) le arrebata el lugar a Joe Wright (“Expiación”), y deja inmediatamente lejana la opción de su película a llevarse el trofeo máximo de la noche. Me pregunto, y dejo abierta la interrogante hasta cuando tengan el placer de ver “Expiación”: ¿Podría Gilroy igualar en talento a Wright y construir ese perfecto primer acto de “Expiación” y esa toma sin cortes que se hace contundente y emocionante en la costa francesa de Dunkirk en plena Segunda Guerra Mundial (ejercicio que inmediatamente quedará marcado como un gran logro cinematográfico para quienes somos aficionados al séptimo arte)? Queda claro entonces que el embelesamiento de la Academia por “Michael Clayton” no tiene fundamentos. No estoy diciendo que “Michael Clayton” sea una mala película, pero a las claras es la más inferior de las cinco nominadas en la categoría principal. Deja en claro que la Academia sigue siendo conservadora, pechoña y fome. Y esta vez pecó de “gringuismo”. Es probable que el próximo domingo 24 de febrero se repita la injusticia de hace un par de años, cuando la contienda daba clara ganadora a “Brokeback Mountain” y pierde por ese bodrio olvidable que fue “Crash”.
Menos mal que ahora estamos avisados de mucho antes.

“Brokeback Mountain”: qué gran película y lamentablemente es mi gancho para hablar de la noticia más triste que ha recibido el mundo del espectáculo mundial en quizás mucho tiempo. Digo lamentablemente porque entiendo que a nivel popular Heath Ledger se haya hecho conocido por el rol en el filme de Ang Lee, pero todos sabemos el doble juego de adjetivarlo como “el vaquero gay”. Por eso me molestó el morbo que produce su figura ante quienes (y que es la mayoría) no conoce su filmografía lo suficiente como para juzgar el enorme talento que Heath tenía. Murió joven, como River Phoenix por esa misma y maldita adicción que hoy nos aleja de Heath, joven como el mítico James Dean en un accidente automovilístico. Tanto que nos deja. “10 cosas que odio de ti”, “Corazón de Caballero”, “Casanova”, “Los Hermanos Grimm”, “El Patriota”, “Brokeback Mountain” por cierto, quizás su trabajo más importante, su Ennis del Mar es un personaje complejo, lleno de matices, que él supo comprender y que engrandeció en pantalla. Tanto, que obnibuló a su compañero Jake Gyllenhaal y se hizo merecedor de una nominación a los premios de la Academia (Sí, a veces el tío Oscar no es tan injusto). Hace poco tuve la suerte anticipada de verlo en “I’m not there” esa suerte de homenaje en vida a la figura de Bob Dylan. Heath personificaba a un actor que interpreta a un músico (Christian Bale) que seguramente es Bob Dylan en algún momento de su carrera. Su pareja en pantalla es Charlotte Gainsbourg, y aunque el gancho de esta película sea la impecable transformación de Cate Blanchett como el músico norteamericano, el trabajo de Heath cumple con creces. Nos dejó a Mathilda, su hija de dos años, fruto de su matrimonio con Michelle Williams (Sí, la Jen de “Dawson’s Creek”) y que conoció durante el rodaje de “Brokeback Mountain”. Y nos dejó su último trabajo, quizás el que lo alzaría a las grandes lides. En julio, y de manera póstuma, lo veremos como el Guasón en “Batman: The Dark Knight”, la esperada secuela de “Batman Inicia” dirigida por Christopher Nolan (“Memento”). Desafortunadamente para Jack Nicholson, que hace poco se manifestó enojado porque sólo él podía interpretar al Guasón, ahora el personaje le corresponde a Ledger, de aquí hasta la eternidad. Hay pena por la forma en la que ocurrió su deceso, pero quizás la pena mayor fue la incalculable pérdida que deja su partida. Porque Heath era uno de los grandes. Porque más que pena, también me dio rabia, porque tenía tanto para entregarnos y quedan tan pocos talentos genuinos como el que entregó nuestro querido y ahora eternamente recordado Mr. Ledger. Te mantendremos vivo con tus películas. Gracias por todo y que descanses.