miércoles, 4 de julio de 2007

El Síndrome Ursula

Ya se está haciendo costumbre que Pablo Illanes, creé historias y personajes de culto para las teleseries que escribe. Quiero enmarcar esto a las teleseries, porque la Bárbara Montoya de su primera novela “Una Mujer Brutal”, también resulta ser un personaje único. Cómo olvidar a la Kathy Winter, a la Alexis Opazo o al Dj Billy de “Adrenalina”. Resulta difícil borrarnos a la Sarita Mellafe o al Alex Schumacher de “Fuera de Control”. El clan Mercader en “Machos” es otro ejemplo notable, obviamente unos más recordables que otros. Ahora con la serie de culto (digo serie, porque eso parece y no una teleserie) “Alguien te Mira”, pareciera que todas sus piezas de ajedrez nos quedarán para siempre en la memoria. En especial, nuestro temido doctor Julián García. Eso es lo que hace un buen guionista, aparte de crear una buena historia.

Pero existió un personaje en “Machos”, que pese a quedar en los límites de lo olvidable resultó personificar tan bien un prototipo de figura femenina que, ahora más que nunca, pareciera abundar en nuestra fauna a la que llamamos sociedad. Ella es Úrsula. Arantzazú Yankovic encarnó a la mencionada. Era la (en un inicio) inocente, luego insistente, y por último patética pretendiente de Ariel Mercader (ese gay asexuado, pero necesario, que encarnó el tronco de Felipe Braun). Y claro, si apareció en la teleserie, es porque Ursulas abundan, y de un ejemplo de ellas se trata esta columna.

Mi Úrsula fue una compañera temporal de labores que tuve el año pasado. Por motivos laborales, conformamos una dupla, íbamos a todos lados juntos y nos comunicábamos continuamente mientras duró el trabajo en cuestión. Desde el primer día, e instigado por mi gran amiga, que para esta ocasión llamaré Floribella (ella sabe porqué) y con la cual postulamos juntos más no hicimos dupla para este trabajo, le conté la verdad sobre mi condición sexual.

Fue un momento distendido, en donde ayudó la presencia de otro chico (que resultó ser la dupla de mi amiga Floribella), al cual “la pluma” se le notaba a kilómetros, con lo cual yo quedaba a su lado con una indudable pinta de macho recio. Hasta ahí, todo bien. Comenzamos la pega, y mi increíble y no comprendido encanto, deleitó a Ursula. Tanto que, por primera vez en la vida, comencé a sentirme acosado. Medio en serio, medio en broma decía que parecíamos “marido y mujer”, escribió un post en su blog sobre mi, con unos adjetivos y pensamientos bastante subidos de tono, pero que me resultaron incómodos por lo obvio de las descripciones. Más de alguna vez propagó la idea de que creía que la homosexualidad era algo “que se pasaba”. Cosas por el estilo.

Yo continué siendo simpático, le seguí el juego, nunca jamás cambié con ella y, debo confesarlo, hice caso omiso a todos esos llamados de atención que, de cuando en cuando, me hacía. Terminó el trabajo, y el distanciamiento fue natural. La invité a mi cumpleaños, y para peor, fue con su mejor amigo gay. Como estaban tan achunchados y no conocían a nadie, yo –el rey de la noche- los invité a bailar. Y en esa ambigua danza, en la que terminé bailando (y un poco coqueteando) con él, mi Ursula de nuevo volvió a quedar relegada. Me dio pena, pero como me dijo mi amiga Floribella, eso le serviría para convencerse de que conmigo “no había vuelta”.

Meses pasaron y no supe de ella. Hace un par de meses me llama al celular y me invita al cumpleaños de una amiga: “Quiero que me acompañes, y el cumpleaños es la excusa porque lo que quiero es verte” (sic). Luego, su cumpleaños. Insistió e insistió, pero tampoco accedí. No tengo ni conozco a sus amigos, en un arranque de compasión llamé a mi amiga Floribella para saber si la había invitado y si ella iría, para no sentirme tan solo, pero tampoco tenía ganas. Después supe, por su propia boca, que había hecho una fiesta de concepto, y ese fue el rosado, toda su casa era como de Hello Kitty o de Barbie Cascanueces, y a ella le parecía una monada. Yo, frente a ella, la felicitaba y encontraba que había sido una idea coolísima, pero en realidad no pensaba lo mismo.

Hoy la vi de nuevo. Volvió a recordar el tiempo “en el que parecíamos matrimonio”, volví a sentir su mirada llena de ilusión y algo nerviosa apenas me vio cuando llegó, y casi pude sentir tragando saliva cuando le conté que estaba de novio, que pasaba dos meses de viudez, pero que estaba feliz y muy tranquilo.

Ella me contó que había vivido una aventura clandestina con un chico de la universidad, de menos edad que ella. Que era algo que le había servido, pese a lo desechable que fue, porque necesitaba sacarse de la cabeza a su ex novio (de quién, en su momento, me contó que llegó a dudar de su masculinidad), y quizás para sacarse de la cabeza a cuántos más quise agregar yo, pero me callé con una amable sonrisa en los labios.

Ahora me pregunta por messenger que como llegué a mi casa. Muy atenta. Y me resultan tristes estos casos, porque en el caso específico de ella, parece que es karmático (las sospechas con su ex novio, después yo). Claro, y como ella hay miles pululando. Y aunque hace bien para el ego…¿Han conocido a ejemplares similares?

6 comentarios:

valeria dijo...

No hay desilusión más grande que la de un amor no correspondido, sea por el motivo que sea. Sólo te queda ser comprensivo y tratar de no ilusionar a tu amiga... De todos modos, en "Machos", Úrsula por lo menos pudo contentarse con un besito inocente... jijiji.

Alejandra dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alejandra dijo...

Estimado, amigo... por lo que leo, pienso que esta "Úrsula" no es sicópata, jajaja... pero quizás necesita de afecto y cariño y por eso ha intentado acercarse a ti. En fin, desconéctese y olvídese de este asunto, ya que pareciera que usted la tiene muy en la retina y así siempre estará pendiente de ella y vice versa. Saludos, Sr. Perowne.

J a v i e r dijo...

Yo aun vivo esa parte de la historia, tambien tengo mi propia ursula, y por mas que trato de que dejemos de vernos o hacer las citas cada vez con mas tiempo de por medio, siempre con un llamado de fono o alguna frase en msn, siento que las cosas vuelven a cero.
Lata mia , pues debería contarle mi condición...
saludos
jvr

Emisiones Nocturnas dijo...

Yo a mis Úrsulas (que no han sido pocas), las tiro por el desvío nomás, prefiero parecer el mino tonto que no aporta mucho en vez de ser el prototipo de mino para ellas... y me sale tan natural.. ajja... solo vale ser sincero, nada mas.

Pablillous dijo...

trsite historia..

mi personaje de culto en alguien te mira es el personaje de luz valdivieso..