martes, 21 de agosto de 2007

el jaque mate de Bettie Page

El sábado fue una nueva noche. Los tres. El triángulo perfecto, ese que es mejor no narrarlo en 300 páginas para no revelar las debilidades de otro triángulo literario, ese que hoy es superventas y adorna miles de veladores de chilenos con esa foto de la cama desarmada y de sábanas blancas.

Fue una noche que comenzó de manera impensada en el Hoyts de la Reina, en pleno SANFIC, y en el estreno de una película chilena de poco presupuesto, parásita de David Lynch, de esas que pretenden contarte algo, pero que te hacen la vida imposible y no entiendes nada. Siguió en un bar cervecero de Irarrázaval, los tres en medio de un plato gigante de papas fritas. Mi amiga, que para la ocasión llamaremos Bettie Page, con una taza de café para capear el frío a pesar de su impermeable negro tan chic, Nachito atesoraba un viril vaso schopero lleno de cerveza de la casa, y el señorito Thomas, con su inevitable copa de Pisco Sour. La noche estaba fría, pero entre nosotros el ambiente era cálido, resuelto, fraternal. Nachito nos abrazaba a ambos, uno a cada lado. En los pasillos del Hoyts también anduvimos así, hasta que encontramos el sillón de Los Simpsons para sacarnos eufóricos unas fotos.

La reunión siguió en el departamento de mi querida Bettie Page, a estas alturas ya nuestra casa club. Dos botellas de vino, tres copas, Nacho y yo tirados en su cama de dos plazas, y Bettie leyéndonos sus refrescantes columnas, muy a lo Carrie Bradshaw, y muy lejos de esos bucólico-pastoriles escritos que Consuelo Aldunate publica cada martes. Entremedio, hubo declaraciones sutiles pero reveladoras. En un momento en el que Bettie Page se dirigía al toillete, y en clara ayuda a mi amiga, enfrenté a éste y le pregunté qué le parecía Bettie, que yo creía que detrás de su pose reinvindicativa y para muchos intimidante, existía la persona en busca de cariño. Así como todos. En otras palabras, que si pretendía algo, que lo hiciera y no temiera.

Sí, me hice a un lado. Nacho no puede ser más que un gran amigo para mi. En ese momento este triángulo se disolvió. Creo tener más que suficiente con lo que tengo y no quiero más. Ahora solo dependía de Bettie, la intocable, la alérgica a los “jotes”, a los enrollados. Ella, la de mal genio, la mujer del siglo XXI por antonomasia: independiente, con las cosas claras y opinión propia. Esa con cero instinto maternal, que hasta ese día aún vagaba entre tres galanes (o cuatro) que rondaban a su alrededor. Entre ellos, nuestro Nachito. Él más deseado.

Eran casi las cinco de la mañana. O casi las seis, ya no me acuerdo. El vino había sido mucho y comenzaba a hacer efecto. Como el burgués que soy pedí mi acostumbrado radiotaxi. Ese último rato intentamos unos pasos de baile, yo irracional con el “Drop it on me (Muévete Duro)” de Ricky Martin, y el Nacho intentando torpemente armar unos pasos de salsa. Besos y abrazos. Me fui. Todo quedaba en manos de mi querida Bettie Page.

Hasta hace un rato. Martes a las 2 de tarde. Bettie Page dio señales de vida. Un fin de semana abducida bajo los encantos del Nacho. Lo logró. En la comuna de Providencia parece florecer la primavera. Noches, almuerzos, tardes y cariños juntos. Él le confidenció que hace rato intentaba algo y no se atrevía. Ella se dejaba querer. “Es tres veces más adorable de lo que pensábamos”, me confesó alucinada. Mi querida Bettie se siente contenta y diría que hasta enamorada desde el otro lado del auricular. No sé que va a pasar cuando se muestren en sociedad. Nuestra Bettie Page ganó por jaque mate. Salud!

7 comentarios:

Becky dijo...

Thomas: Anoche lo vi en el drugstore con una mujer increíblemente guapa y un galán muy estupendo, realmente una pareja descollante. Ahora leyendo su blog me pregunto: ¿eran Nachito y Betty? Si es así le cuento que parecían un triángulo de lo más chic, como esos que uno sólo ve en las películas hollywoodenses.

Max de Winter dijo...

Ellos no son ni Nacho ni Bettie, son mucho más regios...ese es otro triángulo en el que estoy metido...jaja...

Alejandra dijo...

¡Qué buena historia! ¡Me gustó mucho! Y qué bueno que a Bettie le haya salido todo bien con Nachito. ¡¡Salud por eso!! Aunque espero algún día salir a carretear por las noches Santiaguinas con usted... como el gran amigo que es y que se muestra de vez en cuando. Saludos y cuidese mucho.

Gonzaloieb dijo...

Blackbird!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Thomas, por Dios...como tanto!! Que peligrosa tu intesidad, tu madre no te dijo cuando niño que si te acercas al fuego te podías quemar. Cuidado que las historias de Lynch no terminan bien, siempre sus protagonistas pierden cosas valiosas, tanto física como espiritualmente, pero de que hablo...... "naughty boy" ya te definiste como un hombre sin condón. Brunetti sigue en tu cabeza y los triángulos parecen ser lo tuyo, quien como con tanta suerte, hasta cuando durará??????

Carola Moya dijo...

un plano abierto, una cámara fija, 15 minutos esperando para que el protagonista se hiciera un caño. 90 minutos esperando una palabra.Una pelìcula sin nada que destacar, sin mucho que analizar y nada que recordar. El triángulo era solo una definición, aunque parece, por algunos comnetarios, son otros los que fantasean con un triángulo, no Mr. Anónimo?.

Erase & Rewind dijo...

Me encanto tu imagen, sexy.
Yo siempre he creido ser de lo mas burgues, por eso mi comnetario.