martes, 19 de junio de 2007

Dios le dio sombrero al que no tiene cabeza

Violeta Parra no pudo estar más en lo cierto. Esto no es un panegírico resentido ni inconformista. Sino solamente una serie de denuncias acerca de esta aseveración, tan cierta y tan sabia que impulsó la folclorista chilena.

Ayer me junté con mi mejor amiga. Me invitó a comer sushi a su departamento. Ella vive con una ex compañera de universidad y actual compañera de trabajo. Por una seguidilla de resquicios, la aludida y ausente estaba de vacaciones en Atlanta, EE.UU. Hace un par de semanas, la misma persona, había sido enviada a España, a una misión especial por su lugar de trabajo. El personaje en cuestión, cual Carmela de San Rosendo, proviene de Los Andes, es la típica joven de esfuerzo y emergente que nada sabe de grandes lujos, pero que está donde está gracias al sudor familiar y de ella misma, claro.

El departamento de estas niñas, recientemente amoblado, luce un horrendo cuerpo de living de cuerina (¡!) color mostaza (porque dicho sea de paso, el beige es EL color de nuestra Carmela de San Rosendo. -Con sólo ese dato pueden armar una personalidad-), y lo único que salva del desastre es un estiloso comedor de sillas y cubierta transparentes, muy minimal y casi sacado del mejor capítulo de comic de La Mujer Maravilla, y claro, nada que ver con el resto de la decoración del lugar (pero era lo que salvaba al lugar del desastre) y que, obviamente, había adquirido mi dulce amiga, bastante más familiarizada con el design, y que en ese momento me acompañaba. Y aunque los detalles no terminaron ahí (sorpresa fue la que me encontré al abrir vuestro refrigerador y encontrar Gato Negro en caja, comprado por nuestra Carmela), mucho hemos comentado con mi amiga querida, para este caso será llamada Srta. Jones (porque su alter ego, es la tan conocida antiheroína Bridget), de estos casos algo injustos y azarosos que el destino les obliga a ciertos personajes.

Como vivir en la comuna equivocada. Hasta hace algunos meses, ella con su madre vivían en San Miguel, frente a la estatua de Condorito en plena Gran Avenida. Pero tu entrabas a su casa, y era un constante tropiezo de carteras Hermés, collares Chanel originales, revistas Vogue, maquillaje MAC y Smashbox, y un largo etcétera que construían entre ella y su madre. En cambio teníamos compañeros de universidad, de la peor calaña y gusto, que felices vivían en Las Condes, con todo cerca para ser mejores estilosamente. Y nada.

Lo mismo pasa a nivel laboral. Gente con cero dotes para cargos en lugares de interés, caían y aún se encuentran donde mismo. Ahí la causa del mal periodismo nacional y la falta de buenas plumas o ideas. Ya ven. Porque como dice el respetado (por mi, y no lo digo con ironía) Alejandro Sanz: “No gana el que tiene más ganas”. Por lo menos, no siempre. Y me acuerdo de hace un par de años, o uno, cuando una empleada ganó el pozo millonario del Kino, vivía con su familia en una casa pertrecha y cuando le preguntaron qué iba a hacer con la plata, la afortunada dijo “Arreglar la casita”. Cuando la plata que se había ganado le alcanzaba quizás para cuantas mansiones.

Ojo, no estoy criticando de manera frívola o aspiracional. Sino que me llama la atención lo injustas e inciertas que son las circunstancias. Cuando yo con mi amiga, la Srta Jones, soñábamos con paseos por Picadilly Circus con la plata del ansiado Kino. Esta señora quizás malgastaría su plata en un viaje al caribe, un bergere de cuero, o cadenita de oro. Pero claro, estarán diciendo “son los sueños de cada uno, y que te metís tú”.

No me meto, solo lo quería comentar. De eso se tratará este blog, de todo y de nada. De lo humano y lo divino, de lo más frívolo hasta lo más profundo. Prefiero pensar que, a propósito de lo que les he contado, “aunque los monos se vistan de seda…”, porque hay que parar las quejas en un momento, hacer más por uno, o simplemente quererse y valorarse por lo que tiene. Y esperar tranquilo “su momento”, porque “los que nos reiremos último…”

1 comentario:

Doso dijo...

Me gusto, y bastante... aunque debere leerlo nuevamente pue sno entendi eltono en que lo escribiste jeje

Abrazos
DOSO