miércoles, 10 de septiembre de 2008

TV SHOWS ADDICT

Me divorcié de la televisión hace 3 años. Y aunque existe una suerte de coqueteo constante a causa de las dos últimas teleseries nocturnas de TVN, por el programa de Anthony Bourdain y, especialmente, por la culpa de Heidi Klum y Tim Gunn en todas las temporadas que People + Arts ha emitido de Project Runway. Aparte de eso, no me mueve mucho el aparatito de 525 líneas. Me pasa lo mismo con la siutiquería provinciana del chileno por tener, a como dé lugar, un televisor plasma. Me niego. Pero de ese lado iconoclasta de mi forma de ver las cosas, me referiré en otra columna.
Es increíble como al llenarte de actividades, amigos y vida social, sintonizar a ese cierto tipo de esclavitud que genera la televisión, queda relegado a un lugar bien secundario en tu vida. Y el hábito de seguir programas generalmente de tipo episódicos, genera complicaciones y finalmente terminas por dejarlos completamente de lado.
El espacio del control remoto ahora lo tiene el mouse. El facebook, gmail y el messenger son entretenciones mucho mejores que cualquier estelar, teleserie de las 8 de la noche o programa de farándula (Respecto a ese tema, es tanta mi ignorancia que no leo Las Últimas Noticias. Por más pedante que eso suene). En fin, podríamos cerrar este asunto diciendo que se trata solo de un tema de intereses. Pero de lo que quería escribir acá es de la tele, de la tele por cable, de las series y del Emmy, cuya ceremonia este año se celebrará el 21 de septiembre.

Y aunque nunca he prendido mucho con la premiación sobre la televisión gringa, este año, al hablarse mucho de eso que la verdadera literatura está en las series norteamericanas, me despertó el interés por ponerme al día con varios shows del país del tío Sam. Hasta ahora, debo decirlo, casi todo el ejercicio se basa en la acumulación de series. Porque he visto pocas, casi ninguna. Tengo mi propio dealer de películas y DVD’s, y él me provée del material más selecto y distinguido de lo que hay que ver. Lo “must”. De "Lost" soy un acérrimo seguidor y estoy al día con todas las temporadas. Vi "Mad Men", la serie que emite en Chile la señal HBO, que trata sobre una agencia de publicidad de los años 50, y me rayó por completo. Solo quiero mi pack de DVD's de la 2da temporada. Me compré la segunda de "Dexter", también la elogiada "Pushing Daisies", la primera temporada de Gossip Girl (fue una de las sacrificadas ante mis obligaciones y falta de tiempo a la hora que la transmitían), y ahora me siento feliz porque me acaban de vender "In Treatment", la serie de HBO con Gabriel Bryne, sobre un psicoanalista atormentado que en cada capítulo recibe a uno de sus pacientes habituales.
Prefiero ver televisión por DVD's. Por lo que les explicaba en los primeros párrafos, y además porque me he puesto más mañoso y no aguanto esperar a una semana por un nuevo episodio. Desde que disfruto de las temporadas completas por DVD, y eso de seguir y seguir hasta el fin de la temporada los capítulos, el hábito se me ha vuelto adictivo, embriagante, excesivo, pero de un placer indecible.


Ahora, deberé hacerme el tiempo para ver las que más pueda antes de los Emmy, y tener voz y voto cuando los presentadores digan "And the Emmy goes to…", y no quedarme, como siempre, mirando con cara de circunstancia a los ganadores. Ah, y me faltó una: "30 Rock", la serie cómica con Tina Fey y Alec Baldwin. Luego les contaré qué tal son todas, y si coincidí con los miembros de la Academia.

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